Ciencia en el mundo

Luto por muertes asociadas a COVID-19, la otra pandemia que golpea Latinoamérica

SciDev/Pablo Corso
Rev. Manrique Vindas Segura
Cesar A. Parral
9. 11. 21

“Sobrecarga de duelo” por coronavirus puede agravar trastornos mentales preexistentes, incluso puede aumentar ideas suicidas especialmente en contextos de pobreza. El Salvador y Guatemala son los países más afectados, revela un estudio.

La imposibilidad de acompañar y despedir adecuadamente a las víctimas de COVID-19 impactó negativamente en salud mental de muchos (as) latinoamericanos (as).

Fuente:
Altemar Alcantara/Semcom.Lic.Creative Commons 2.0

Las personas con duelos complicados tras la muerte de un ser querido por COVID-19 son más propensas a padecer ansiedad, estrés y un agravamiento de trastornos mentales preexistentes.

Además tienen mayores probabilidades de tener ideas suicidas, sobre todo en contextos de ingresos bajos y con problemas de atención médica.

Esas son las conclusiones de un estudio publicado en la revista Omega, "journal of death and dying", y de dos expertas consultadas por SciDev.Net.

Las fuentes coinciden en señalar que las dificultades se acentúan en América Latina por factores de estrés como pobreza, desigualdad y alta prevalencia de enfermedades crónicas.

Los (as) especialistas advierten sobre un escenario de “sobrecarga de duelo” y hasta de “pandemia de luto” que derive en un problema de salud pública creciente.

En el estudio de Omega, entre el 25 de enero y el 26 de febrero de este año,  se aplicaron cuestionarios a 2.321 personas de diez países de América Latina que habían perdido a un (a) integrante de su familia o a un (a) amigo (as) debido al coronavirus SARS-CoV-2.

El objetivo fue cuantificar el impacto subjetivo de la crisis sanitaria en diez países latinoamericanos, según la Escala de Duelo por Pandemia (EDP), desarrollada por Sherman Lee y Robert Neimeyer.

La EDP se basa en preguntar a los (as) encuestados (as) por la frecuencia con que experimentaron pensamientos, sentimientos o comportamientos negativos en relación con su pérdida durante las últimas dos semanas.

La mayor presencia de duelos disfuncionales en la Región (donde se produjeron casi un tercio de las muertes mundiales), se registró en El Salvador (14,6 por ciento), mientras que en Brasil y Chile se reportaron los menores índices (7,3 por ciento).

Los (as) autores (as) asocian las cifras salvadoreñas al número de casos (63.344) y muertes (1.986) al momento del estudio. El país que le siguió fue Guatemala (12,9 por ciento), donde se informaban 164.746 casos y 5.989 muertes.

Esas naciones “estaban en un momento de repunte de casos, lo que (aunado a la falta de apoyo para el manejo estatal de la pandemia), llevó a serias dificultades de acceso a la salud pública en general y mental en particular”, confirma en diálogo telefónico con SciDev.Net, Tomás Caycho Rodríguez, uno de los 26 autores (as) del estudio.

En relación con los bajos índices de Brasil, el país más castigado por la enfermedad, sugiere que pudo haber habido un sobredimensionamiento del duelo al inicio de la crisis, con un período de adaptación posterior.

A pesar de ello, “la falta de recursos, principalmente la falta de financiamiento de la salud pública, redunda en un déficit en la identificación de casos de duelo disfuncional” en toda la Región, insiste Caycho Rodríguez.

Las cifras de duelos con complicaciones  (aquellos cuyas manifestaciones de aflicción y tristeza se hacen crónicas, demoran, son excesivas o están ausentes), subieron del 10 al 30 por ciento durante la pandemia, recuerdan Susana Bruno y Marta Villalba, coordinadoras del Equipo de Duelo del Centro de Terapia Cognitiva de Argentina.

Las psicólogas, que no participaron del estudio de Omega, citan al propio Neimeyer, que describe al duelo como una experiencia íntima y a la vez social, en un ciclo pendular que oscila entre la adaptación y la evitación (el “olvido” de la pérdida).

Durante estos meses esa dinámica fue alterada. “Hemos recibido a muchísima gente que perdió a alguien muy cercano en tiempos de COVID-19, y las consultas fueron fundamentalmente por la falta de rituales”, revela Villalba durante una charla por Zoom.

“Están muy presentes la imposibilidad del contacto, el acompañamiento y la despedida, que suelen ayudar a quienes nos quedamos”, agrega Bruno. “En personas con factores de riesgo, el duelo se puede complicar”.

Cuando los sentimientos de culpa, enojo y negación se prolongan, pueden derivar en problemas psiquiátricos, adicciones y un deterioro general en la calidad de vida, advierte el estudio de Omega.

Los (as) científicos (as) incluso encontraron que “una mayor expresión de síntomas de duelo disfuncional venía asociada con una mayor probabilidad de que se tengan ideas suicidas”, dice Caycho-Rodríguez.

La explicación podría encontrarse en la teoría interpersonal del suicidio, que indica que la percepción de ser una “carga” para nuestra familia, junto a factores como el aislamiento, contribuyen a la presencia de esos pensamientos.

“Las complicaciones del duelo aparecen después de los seis meses”, aclara Villalba. Por eso se trata de procesos a observar en el mediano y largo plazo.

“Con la pandemia hubo muchas re-consultas de pacientes, sobre todo aquellos (as) con trastornos de ansiedad, incluso niños (as)”, confirma Bruno.

La falta de tratamiento de los duelos disfuncionales y sus consecuencias podría acarrear complicaciones en el abordaje de esta “pandemia del luto”, advierten las fuentes consultadas.

“Es necesario que las intervenciones se guíen por una mirada científica, tanto a nivel local como regional, respetando las diferencias culturales en cada caso”, aclara Caycho Rodríguez.

Villalba y Bruno también recuerdan la importancia de la psicoeducación en escuelas y universidades, y del apoyo gubernamental a las personas e instituciones que trabajan el tema en los niveles formativos y de asistencia.

Algunas producciones narrativas (gráficas y audiovisuales) que indagan sobre temas como la resiliencia y crecimiento postraumático, representan una buena señal en ese sentido.

“El duelo es la cara triste del amor”, recuerda Villalba. “Como siempre estamos amando, es parte de la vida. Necesitamos saber cómo y dónde se puede complicar”.

> Enlace al estudio en Omega – Journal of Death and Dying

La mayor cantidad de duelos disfuncionales en Latinoamérica (donde se produjeron casi un tercio de las muertes mundiales), se registró en El Salvador (14,6%), mientras que en Brasil y Chile se reportaron los menores índices (7,3%).
 

Fuente: SciDev