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UNIVERSIDAD DE COSTA RICA

Expertos alertan sobre urgencia de crear políticas sobre inteligencia artificial

Anyelin Sánchez Agüero
18. 02. 25

La Universidad de Costa Rica (UCR) se enfrenta a un momento crucial en su desarrollo académico, con un crecimiento acelerado de la inteligencia artificial (IA) en diversas áreas del conocimiento.

 

El Programa de Evaluación de Lenguas Extranjeras (PELEx) es pionero en el uso de inteligencia artificial para evaluar el dominio de lenguas extranjeras.

Fuente:
UCR

Si bien la Universidad de Costa Rica ha demostrado liderazgo en la integración de esta tecnología, expertos de la Institución advierten que es urgente establecer políticas claras que regulen su uso ético, responsable y transparente dentro de la Universidad.

La UCR incursionó en esta nueva área de conocimiento con la creación del Programa de Evaluación en Lenguas Extranjeras (PELEx), que permite realizar evaluaciones lingüísticas adaptativas impulsadas por IA, mejorando la experiencia de aprendizaje de los estudiantes.

Investigaciones en el Instituto de Investigaciones Lingüísticas (INIL) y proyectos de la Escuela de Ciencias de la Computación e Informática (ECCI) demuestran el potencial de la Universidad para integrar la IA en campos como la educación, las ciencias sociales, la salud, y más.

Necesidad de regulación sobre IA

Sin embargo, a medida que los avances tecnológicos se aceleran, las personas investigadoras de la UCR alertan sobre los desafíos éticos relacionados con el uso de la IA, especialmente en cuanto a la protección de datos, la equidad, y la transparencia.

El Ph.D. Allen Quesada Pacheco, docente de la Escuela de Lenguas Modernas de la UCR, e investigador del Programa de Evaluación en Lengua Extranjera de la UCR (PELEx), considera que la Universidad de Costa Rica debe crear rápidamente políticas internas que regulen el uso de estas tecnologías.

"La integración de IA debe venir acompañada de directrices claras que garanticen su uso ético, protejan la privacidad de los datos y aseguren el acceso equitativo", afirmó Quesada.

La estrategia nacional de IA de Costa Rica, publicada por el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT) a finales del año pasado, pone de manifiesto el compromiso del país con la adopción de tecnologías avanzadas, lo que abre una oportunidad única para que la UCR se posicione como un referente regional.

Sin embargo, para lograrlo, es necesario establecer un marco regulatorio adecuado que asegure no solo el avance tecnológico, sino también el uso responsable de la IA dentro de la comunidad universitaria.

Una de las claves para aprovechar al máximo el potencial de la IA es fomentar la colaboración interdisciplinaria. Expertos coinciden en que la implementación de la IA debe involucrar a diversas facultades e institutos, desde ciencias exactas hasta ciencias sociales.

La integración de IA en la enseñanza y el aprendizaje transformará radicalmente estos procesos, pero solo se logrará si se adopta un enfoque coordinado que contemple tanto los avances tecnológicos como sus implicaciones éticas y sociales.

El Dr. Allen Quesada Pacheco, es profesor catedrático e investigador de la Universidad de Costa Rica por más de 30 años.

Fuente: UCR

Regulación efectiva y responsable

Las personas investigadoras señalan que la UCR debe actuar con urgencia para establecer un marco regulatorio de IA que impulse la innovación mientras asegura que su uso sea ético, inclusivo y justo.

Este marco debe contemplar el fortalecimiento de la infraestructura tecnológica de la Universidad, la promoción de programas de capacitación continua y la implementación de mecanismos de supervisión que garanticen el cumplimiento de principios éticos.

En la Escuela de Ciencias de la Computación e Informática de la UCR (ECCI-UCR), se recalca la necesidad de una alfabetización en materia de IA. El Dr. Édgar Casasola Murillo, investigador y docente de la ECCI-UCR, advierte que debido a la competencia por fondos y el creciente número de expertos en el campo, es fundamental que la Universidad se alfabetice adecuadamente antes de adoptar estas tecnologías.

"El auge de la IA implica cambios, pero no debemos idealizarla. Es vital entender sus alcances, limitaciones y cómo puede usarse de manera responsable", expresó Casasola.

Además, enfatiza la importancia de no imponer una única manera de trabajar en el uso de IA, sino de permitir la autorregulación de cada grupo y respetar las particularidades de los diferentes campos de estudio.

"La Universidad debe promover el uso creativo de la IA sin caer en malas prácticas. Es urgente aprovechar el recurso económico disponible para garantizar que este avance sea sostenible y ético", concluyó.

Dr. Édgar Casasola Murillo, investigador y docente de la Escuela de Ciencias de la Computación e Informática y del Programa de Posgrado en Computación e Informática de la Universidad de Costa Rica.

Deshumanizar la IA

Uno de los aspectos más críticos es evitar la "humanización" de la IA. Según Casasola, la máquina no tiene conciencia y no debe tomarse como un ente pensante. "Es una tecnología que genera información, no un ser humano", explicó.

Este enfoque es crucial, ya que al depositar la toma de decisiones en estas herramientas, que carecen de conciencia, se corre el riesgo de tomar decisiones erróneas que no están fundamentadas en un juicio ético.

En el contexto global, las políticas gubernamentales sobre IA están en constante desarrollo. Casasola señala que Costa Rica debe avanzar hacia un modelo propio, que se adapte a nuestras necesidades y realidades.

 Las leyes que buscan regular la IA no deben basarse solo en prohibiciones, sino en guías claras y fundamentadas en el conocimiento profundo de la tecnología. "El reto es crear un entorno que promueva el uso ético y creativo de la IA, sin que ello implique limitaciones innecesarias que frenen la innovación", concluyó.

La UCR, con su amplio potencial académico e investigador, está en una posición privilegiada para convertirse en un líder en el desarrollo sostenible de la IA.

Esto solo será posible si se establece un marco regulatorio robusto, que se base en la alfabetización tecnológica, el respeto a los principios éticos y la deshumanización de la herramienta.