Se trata de tecnologías desarrolladas por la startup brasileña BioLambda que permiten descontaminar mascarillas de protección, superficies, ambientes e incluso el aire.
Sistema para descontaminar mascarillas de protección, superficies, ambientes e incluso el aire.
La startup BioLambda, con sede en la ciudad de São Paulo, Brasil, ha desarrollado en el transcurso de los últimos años aparatos que emiten radiación ultravioleta C (UVC) con acción germicida para la descontaminación en industrias alimenticias, farmacéuticas y de otros segmentos. Con la eclosión de la pandemia de COVID-19, la compañía, que cuenta con el apoyo del Programa FAPESP de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE), puso en marcha rápidamente una línea de equipos orientados hacia la descontaminación de mascarillas de protección, superficies, ambientes e incluso el aire, con el objetivo de reducir los riesgos de la contaminación provocada por el nuevo coronavirus.
Algunos de estos aparatos, como en el caso de un descontaminador manual de superficies tales como teléfonos, teclados, picaportes y artículos comprados en supermercados, y otros orientados hacia la descontaminación del aire y de mascarillas de protección N95 o de telas, ya están comercializándose. Otra línea de productos, como la de descontaminantes de ambientes y del aire para ambientes menores, se lanzará en poco tiempo más.
“Las pruebas, realizadas en el laboratorio de bioseguridad de nivel 3 [NB3], mostraron que incluso nuestro aparato de menor potencia, que es el descontaminador portátil de superficies, es capaz de eliminar 99,9% de la carga de coronavirus en menos de un segundo”, le dice a Investigación para la Innovación Caetano Sabino, fundador de la empresa. Estos aparatos han venido utilizándose tanto en ambientes empresariales, para la descontaminación de objetos y ambientes, como domiciliarios, para desinfectar las compras del supermercado, por ejemplo.
“Este sistema es sumamente rápido y eficaz: no deja residuos, no degrada materiales y puede usárselo tanto en superficies más simples, tales como las de metal o de plástico, como en las más complicadas, tales como paquetes, papeles, telas, alimentos y aparatos electrónicos, cuando no es posible usar desinfectantes”, afirma Sabino.Para asegurar la eficacia microbicida, los aparatos se apoyan en dos parámetros principales: la potencia óptica por área de incidencia, denominada irradiancia, y el tiempo de exposición con esa irradiancia, que resulta en la dosis de UV.
La longitud de onda que aplica la empresa es de 254 nanómetros (nm). Esta dosis asegura una mayor eficacia microbicida, ya sea para bacterias y parásitos como para virus de ADN y de ARN, como el SARS-CoV-2, consignaron Sabino e investigadores de la Universidad de São Paulo (USP) en un estudio publicado en la revista Photodiagnosis and Photodynamic Therapy.
La luz ultravioleta con longitudes de onda superiores a 180 nm puede provocar efectos adversos en la salud, tales como daños oculares, cáncer de piel y envejecimiento. Por ende, los rayos ultravioleta C nunca deben usarse directamente sobre la piel y los ojos de seres vivos, subrayan los investigadores. “La luz ultravioleta no puede aplicarse sobre personas y animales. Únicamente en objetos inanimados”, destaca Sabino.
El efecto microbicida de los aparatos se produce porque las bases constituyentes del ADN y del ARN absorben luz en el rango del UVC. Este efecto genera una reacción de fotoadición en moléculas cercanas, produciendo fotoproductos que distorsionan la estructura del ADN o del ARN e inhiben las funciones de ese material genético.
Las lámparas de los equipos desarrollados por BioLambda poseen un espectro de emisión superpuesto con el máximo de absorción del material genético, lo que hace posible esa eficiencia tan alta, según explica el investigador. “Nuestros pilares son la seguridad y eficacia. Por eso efectuamos las validaciones microbiológicas y operacionales en ambientes reales y en laboratorios independientes”, afirma Sabino.
El descontaminador manual de superficies, denominado UVSurface, se validó en el laboratorio de bioseguridad de nivel 3 del Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo (ICB-USP). En tanto, el descontaminador de aire, llamado UVair, se evaluó en la Faculdade São Leopoldo Mandic, en la ciudad paulista de Campinas. Los resultados de las pruebas indicaron que, en 15 minutos, el aparato redujo la contaminación del aire un 99,96%.
“Los test se llevaron a cabo en una clínica compartida en la Facultad de Odontología de la universidad, donde seis odontólogos trabajan al mismo tiempo, lo que demuestra que el aparato puede trabajar continuamente en presencia de personas y en los más diversos ambientes”, dice.
La empresa ya comercializa dos modelos de este aparato actualmente: uno destinado a ambientes de hasta 150 metros cuadrados (m²) y otro para espacios de até 75 m² de uso industrial, hospitalario y empresarial. En los próximos días se presentarán otras dos versiones para su uso en ambientes de 34 y 15 m², tales como salones de reuniones y consultorios odontológicos.
Los equipos UVair se fabrican en acero inoxidable y poseen extractores de aire y lámparas generadoras de luz UVC con longitudes de onda de 254 nm. El aire aspirado circula durante alrededor dos segundos por una cámara espejada con las lámparas de baja presión de vapor de mercurio, que generan una alta potencia de luz UVC, y luego vuelve al ambiente. “La luz UVC generada permanece totalmente contenida dentro del equipo. De este modo, no ofrece riesgo para las personas”, explica Sabino.
BioLambda también desarrolló y lanzará una línea de equipos para la desinfección de ambientes. Uno de ellos, que se fija en el techo, posee sensores redundantes que activan el sistema al detectar la presencia de personas. Este aparato también puede encenderse o apagarse con control remoto.
“Este artefacto puede funcionar en los más diversos ambientes. Estamos enfocándonos fundamentalmente en los consultorios médicos y odontológicos, en ascensores y en baños”, dice Sabino.
La empresa, hospedada en la incubadora de startups del Hospital Israelita Albert Einstein de São Paulo, también está desarrollando en colaboración con dicha institución un aparato móvil operado remotamente para la desinfección de ambientes y de uso hospitalario.
Algunos de los dispositivos con luz ultravioleta descontaminan superficies de téfonos, teclados, picaportes y artículos comprados en supermercados. Otros se orientan hacia la descontaminación del ambiente y el aire.