El creciente interés de la sociedad costarricense por desarrollar actividades de bienestar social mediante fundaciones se manifiesta no solo en la creación de fundaciones por parte de personas de derecho privado, físicas o jurídicas, sino en la intervención de instituciones públicas, como lo son las universidades públicas, en calidad de fundadores.
De esta manera, el objeto de las fundaciones consiste en realizar o contribuir a que se lleven a cabo actividades educativas, benéficas, artísticas o literarias, científicas y, en general, todas aquellas que signifiquen bienestar social, y el beneficiario de este debe ser indeterminado, de manera que no puede existir identidad entre el fundador, sus deudos o sus empresas y los sujetos beneficiarios de la fundación.
Esta obra analiza las experiencias que han enfrentado las fundaciones que intervienen con las universidades en la consecución de los objetivos de estas últimas, en el contexto de la autonomía universitaria reconocida por el constituyente a las universidades públicas.