Mapa que muestra la extensión aproximada de la Gran Nicoya.
El idioma en cuestión es el representante más meridional de la familia lingüística otomangue, el cual hoy solo se habla en México.
La lengua mangue llegó a la Gran Nicoya como resultado de una migración de un pueblo originario del sur de México que fue llevada a cabo entre los siglos VIII y XIII.
Su pariente más cercano es el chiapaneco, que también se encuentra extinto. Probablemente, el mangue dejó de utilizarse a mediados del siglo XIX.
Las únicas fuentes primarias que contienen información acerca de la lengua mangue son algunos documentos con palabras y frases recogidas de hablantes o semihablantes en el siglo XIX por investigadores de la época. La gran mayoría de estos datos provienen de comunidades de Nicaragua.
En este artículo se realiza un análisis detallado del sistema fonológico del mangue con base en la información hallada en las fuentes primarias y en algunos otros análisis publicados.
En cuanto al inventario fonémico, se concluye que consistía en tres vocales, tres consonantes oclusivas plenas, tres oclusivas prenasalizadas, dos fricativas, tres nasales y una líquida.
Además, se indaga en la estructura silábica y en los rasgos suprasegmentales. Con respecto al último punto, se sostiene que el mangue poseía tonos contrastivos.
Manuscrito de Carl Hermann Berendt del siglo XIX donde se comparan palabras del mangue y del chiapaneco.
Káñina, del verbo bribri kañir, es "la llegada del alba por el lado del mar" para los bribris da Lari, Urén y Coen, en Talamanca; para los de Salitre, yuavin y Cavagra de Buenos Aires, "la claridad que desciende de los altos picos de la Cordillera".