A partir este año el Programa Interinstitucional Aula Móvil será asumido en su totalidad por la Vicerrectoría de Acción Social, luego de la renuncia de la Licda. Rosemile Ramsbottom Valverde, coordinadora y representante de la Universidad de Costa Rica ante esta instancia interinstitucional.

Este proyecto surgió en 1999 como una actividad de investigación, sin embargo con el tiempo se transformó en una actividad de extensión, por lo que en el año 2007 se inscribió también en la Vicerrectoría de Acción Social.

Desde entonces los recursos financieros y materiales se administran desde la Vicerrectoría de Acción Social, aunque la gestión y coordinación se mantuvieron en la Vicerrectoría de Investigación.

La Licda. Valverde dejó el cargo a finales del 2013, sin embargo colaborará en la transición, una vez que asuma la coordinación la persona designada por la Vicerrectoría de Acción Social.

La funcionaria explicó que su renuncia no significa que el Programa se vaya a clausurar, pues es un programa institucional consolidado; solo que ella se retira del proyecto para sumir nuevas tareas en la Vicerrectoría de Investigación.

En relación con las razones de su salida, la Licda Ramsbottom dijo que su ciclo había concluido, y después de doce años de coordinar el Programa considera que llegó el momento abrir espacio a nuevas personas con nuevas ideas.

A esto se suma el hecho de que el año pasado se dio una reducción significativa del presupuesto asignado al Programa por parte del Consejo Nacional de Rectores (CONARE) que le impidió contar con el recurso humano necesario.

Sin embargo fue enfática en que este no fue un factor determinante, pues ya venía pensando en dejar el Programa desde antes por razones personales.

Además, con la llegada de las nuevas autoridades a la Vicerrectoría de Investigación se le asignaron nuevas funciones y tareas relacionadas con las sedes regionales que le resultaron muy interesantes.

“Estaré trabajando para fortalecer todas las actividades de investigación y teniendo más presencia en las sedes, que no podía hacerlo anteriormente por la responsabilidad del Aula Móvil, que me mantenía muy ocupada”, agregó la funcionaria.

Apoyo se mantiene

En relación con los cambios en el Programa y la posibilidad de que la Vicerrectoría de Investigación siga apoyándolo, la Dra. Alice Pérez Sánchez, vicerrectora de investigación, dijo que las contribuciones del Programa han sido muy importantes.

“Como lo hemos realizado en estos meses de gestión, la colaboración entre proyectos y vicerrectorías es fundamental, si se nos solicita apoyo y está dentro de nuestra facultades y presupuestos, lo haremos”, agregó.

Ambas funcionarias coincidieron en que lo mejor es que el Programa se ubique en la Vicerrectoría de Acción Social por el componente sustantivo que tiene. “Con el tiempo, y este es mi criterio, el componente de acción social empezó a ser más importante, con lo cual, su ubicación natural es esa Vicerrectoría”, agregó la Dra. Pérez.

La Vicerrectora destacó la labor desarrollada por la Licda. Ramsbottom y la importancia de aprovechar su experiencia para fortalecer la relación con las sedes regionales.

“Esta experiencia de Rosemile con el Programa, su sensibilidad social y hacia las comunidades (…) queremos que la aplique como gestora encargada de las sedes regionales, de ahí que le dimos la tarea de gestionar esta área y la de los programas institucionales”, explicó Pérez.

Logros de Aula Móvil

En relación con los logros del Programa, Ramsbottom dijo que con este proyecto se logró fortalecer la gestión de al menos veinte asociaciones de desarrollo en gestión administrativa y política. Ejemplos de ellos son los proyectos de El Jobo, Cureña (VER INFORMACIÓN) y Yorkín..

“La sola presencia de la Universidad de Costa Rica dando un acompañamiento a las organizaciones comunales representa una ventaja, porque adquieren capacitación y conocimientos sobre como presentar y gestionar sus proyectos”, explicó.

La funcionaria se mostró satisfecha por el trabajo realizado. “Ya ellos tienen las herramientas, ya se les trasladó el conocimiento, ya tienen la parte técnica. Uno tiene que entender que los académicos no podemos estar permanentemente en los procesos de las comunidades.

“A ellos hay que darles la caña de pescar y no el pesado. Más bien cuando uno ve que están en ese proceso, hay que hacer un desarraigo emocional para que ellos se manejen de manera autónoma”, agregó Ramsbottom.