Ciencia en el mundo

El Covid-19 se difunde de forma explosiva, no lineal

Madri+d
23. 11. 20

Los eventos supercontagiadores se producen en espacios idóneos para la transmisión: cerrados y sin ventilación.

La investigación diferencia entre los supercontagiadores biológicos con una mayor carga viral, y los sociales que incurren en un mayor número de conductas sociales de riesgo de contagio.

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Foto: Madri+d

Una línea ascendente o descendente en una gráfica ha sido la imagen por la que nos hemos guiado desde el inicio de la pandemia para establecer si la situación se estaba agravando o los contagios estaban empezando a ser controlados.

Esta representación gráfica tan ilustrativa ha creado la falsa impresión de que el coronavirus se difunde de forma igualmente lineal, con cada persona contagiada transmitiendo a su vez la infección a un número similar de nuevos casos positivos.

La percepción se ha demostrado claramente errónea. El coronavirus se expande mayoritariamente de forma explosiva, en los conocidos como eventos supercontagiadores, en los que un escaso porcentaje de infectados transmiten el patógeno a un gran número de personas.

“Nuestra imagen mental no debe ser la de que la mayoría de la gente transmite [el Covid-19] a dos o tres personas, sino que un pequeño número de infectados dominan la transmisión mientras la mayoría de los demás no producen infecciones secundarias”, explica un grupo de investigadores liderados por Benjamin M. Althouse, de la Universidad de Washington, en Seattle, Estados Unidos, en un artículo publicado en la revista Plos Biology 12 de noviembre.

Los datos sobre los eventos supercontagiadores siguen siendo escasos, aunque ya se han podido definir ciertos patrones. Espacios cerrados y con mala ventilación, lugares abarrotados y una exposición continuada a los aerosoles son algunos de los factores que aumentan la posibilidad de que se produzcan estas explosiones infecciosas.

Una investigación realizada en China determinó que el 10% de los infectados por Covid-19 a nivel mundial han infectado al 80% de los casos e investigadores españoles de la Universidad de Santiago de Compostela concluyeron que el 50% de los positivos tienen origen en un supercontagiador.

Este tipo de eventos se empezaron a reportar desde el inicio de la pandemia, destacando algunos que tuvieron un gran impacto mediático como el de la conferencia de Biogen en Boston, que provocó 70 contagios o la clase de zumba en un gimnasio de Cheonan, Corea del Sur, que causó 112 infectados. Más recientemente, los primeros brotes de la segunda ola en España, localizados entre trabajadores de la agricultura que conviven en espacios cerrados en Aragón y Cataluña, tuvieron también su origen en eventos supercontagiadores.

Supercontagiadores biológicos y sociales

Lo que los investigadores de la Universidad de Washington han realizado en este estudio es sistematizar estos eventos para buscar elementos comunes que permitan clasificar tanto los pacientes responsables de un alto número de contagios como los lugares y las situaciones propicias para que estos eventos tengan lugar.

El artículo diferencia, por un lado, entre los supercontagiadores biológicos -con una mayor carga viral- y los sociales -aquellos que incurren en un mayor número de conductas sociales de riesgo de contagio-. Por otra parte, señalan ciertas instalaciones como plantas de procesado de carne, los dormitorios compartidos, las cárceles o las instalaciones sanitarias de larga estancia, como lugares propicios para los supercontagios.

Finalmente señalan la existencia de escenarios idóneos que se pueden generar de forma excepcional cuando un número alto de personas se reúnen en un lugar cerrado y sin ventilación o cuando las circunstancias llevan a hablar alto o gritar sin mascarilla, como en un bar o una discoteca, o a cantar, como en un coro.

“Es crucial entender los tipos focos y patrones de transmisión, dado que las intervenciones deben centrarse en todos los focos con un alto riesgo de evento supercontagiador y en limitar las reuniones sociales en estos lugares”, concluyen los investigadores, que alertan, en sus conclusiones, sobre el riesgo de levantar las medidas restrictivas “hasta que las rutas de transmisión en diferentes tipos de foco sean bien entendidas”.

El equipo de investigación es liderado por Benjamin M. Althouse, de la Universidad de Washington, en Seattle, Estados Unidos de América.

Fuente: Foto: G.I.