A pesar de que los lanzamientos estarán sujetos a la disponibilidad de vehículos comerciales, las selecciones, señala la NASA, son un paso temprano hacia el estudio científico a largo plazo y la exploración humana de la Luna con miras a Marte.

La carga útil seleccionada incluye una variedad de instrumentos científicos. Se trata de un espectrómetro de transferencia de energía lineal que medirá el entorno de radiación de la superficie lunar.

Además de tres instrumentos de prospección de recursos para volar: Un sistema de espectrómetro volátil de infrarrojo cercano para medir la composición de la superficie. Otro hará lo propio con el hidrógeno. Y uno más para calcular los contenidos volátiles en la superficie y exosfera lunar.

Un magnetómetro para medir la superficie del campo magnético y un instrumento radiofónico.

Tres instrumentos informarán a los científicos sobre la superficie lunar para el diseño de los módulos de aterrizaje futuros, incluido el de 2024. Asimismo, serán enviadas dos demostraciones de tecnología una ayudará con la geolocalización de naves espaciales y lanzaderas en órbita lunar.

“Una vez que hayamos otorgado la primera orden de tareas a finales de esta primavera, seleccionaremos las cargas útiles específicas de las llamadas internas de la NASA y LSITP para volar en esa misión”, dijo Steve Clarke, administrador adjunto de SMD para Exploración en la sede de la NASA en Washington.

“Las misiones subsiguientes volarán otros paquetes de desarrollo de instrumentos y tecnología de la NASA además de las cargas útiles comerciales”, agregó.

La agencia espacial estadounidense planea probar los nuevos módulos de aterrizaje de clase humana en la Luna a partir de 2024, con el objetivo de enviar a la tripulación a la superficie para 2028.