La forma de fraccionar las pastillas recetadas por los médicos puede ocasionar que la dosis que ingiera el paciente no sea la recomendada por el médico. Así lo determinó un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Farmacéuticas de la Universidad de Costa Rica (INIFAR-UCR).
Los instrumentos que se utilizan para cortar las pastillas no siempre logran la precisión requerida para que las dosis sean iguales.
La investigación se denomina “Evaluación de parámetros de calidad relacionados con el fraccionamiento de tabletas de uso en niños, personas adultas mayores y pacientes con enfermedades crónicas”.
La investigadora principal del proyecto es la Dra. Olga Baudrit Carrillo, quien explicó que lo ideal es que la tableta se parta exactamente en dos mitades que contengan el 50% cada una.
No obstante eso depende de múltiples factores como la forma de la pastilla, el tamaño y la dureza que tenga, así como de la habilidad de la propia persona para partir, o del dispositivo que utilice, ya sea un cuchillo corriente o una guillotina especial; o que use las manos.
La especialista explicó que el médico asume que si una pastilla de 25 miligramos se parte a la mitad, entonces cada mitad va a quedar de 12,5 miligramos. Pero el estudio demostró que en muchas ocasiones eso no es así, por lo que se le debe advertir a los médicos de esta situación para que lo tomen en cuenta.
La investigación descubrió que hay diferencias entre las pastillas y no existe un método seguro para partir las tabletas en dos y que las mitades queden siempre iguales.
Se comprobó que los pesos de la fracciones cambian y hubo un gran desperdicio de pastillas por los errores al partir y por características de las tabletas en sí mismas.
La Dra. Baudrit enfatizó que esos resultados no se pueden generalizar a otras marcas, ni a otros productos, más que a los utilizados en la investigación.
La problemática de la partición de tabletas requiere mayor atención cuando se trata de pacientes de la tercera edad o de niños, a quienes el médico debe observar y controlar mejor y con especial cuidado, cuando receta píldoras que se deben administrar fraccionadas.
La Dra. Baudrit Recalcó que el mayor cuidado se debe tener con las personas adultas mayores “porque muchas viven solas o en asilos de ancianos, donde no necesariamente se le suministran los medicamentos como debe ser, por el exceso de trabajo que tiene el personal. Todavía a los niños la gente tiende a cuidarlos más;, siempre hay cuidadores que les dan las medicinas”.
Explicó que algunos medicamentos son más delicados que otros. Tal es el caso de la “warfarina” que es un anticoagulante, la “levotiroxina” para regular la función de la tiroides, el “atenolol” para tratar la hipertensión, el “carvedilol”, para tratar la insuficiencia cardíaca, la “furosemida”, “hidroclorotiazida” y “espironolactona”, que son diuréticos. Agregó que de estos los que tienen un margen terapéutico más estrecho son la warfarina y la levotiroxina.
La Dra. Baudrit afirmó que la investigación continuará analizando cómo el almacenamiento de píldoras para ser consumidas durante períodos largos de un mes a dos meses podría alterar el contenido de la tableta si están en pastilleros.
Esto reviste especial importancia en tabletas que se almacenan partidas. Sobre todo en el caso de adultos mayores se da la práctica de que familiares les preparan pastilleros que contienen las tabletas enteras y partidas que debe consumir durante la semana o el mes.
Se sabe que en algunos casos las farmacias de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) recomiendan partir la píldora, ingerir una mitad y desechar la otra, en lugar de guardarla para consumirla después. Para algunos productos eso es lo que se debe hacer, pero la situación no es clara para otras pastillas.
Aclaró la investigadora que su objetivo es estudiar lo que pasa en el uso cotidiano. Para ello “yo voy a estudiar si esto es válido. Entonces voy a poner media tableta en cada uno de estos envases, y voy a ver qué pasa.
“Entonces pongo diez mitades de tabletitas que yo peso al inicio. Luego dentro de una semana, 15 días, dentro de un mes y dos meses, voy a pesarlas de nuevo y se les hace un ensayo que se llama la uniformidad de contenido”, agregó la experta.
Explicó que “esto significa que voy a analizar diez mitades de tabletas, una a una, para ver cómo están. Ahí determino si hay una diferencia entre una y otra y si se dan cambios en las cantidades que deberían tener, para ver si lo que contienen es todavía igual o no.
“Así por ejemplo la warfarina de 5 miligramos debe contener 2,5 de en cada mitad. La analizo en diferentes tiempos y siempre debe contener 2,5 miligramos con un pequeño margen que es aceptable”, agregó la Dra. Baudrit
Eso mismo se hará con las tabletas enteras y se va a comparar con lo que pasa a las mitades de tabletas.
Para más información comunicarse con la Dra. Olga Baudrit al correo-e: olga.baudrit@ucr.ac.cr , o bien a los teléfonos: (506) 2511-3524 y (506) 2511-5279.
Los investigadores (as) comprobaron que los pesos de la fracciones cambian y hubo un gran desperdicio de pastillas por los errores al partir y por características de las tabletas en sí mismas.