Estudiantes de la carrera de Licenciatura en Ingeniería de Alimentos de la Universidad de Costa Rica (UCR) obtuvieron el primer lugar en una importante competencia internacional sobre desarrollo de productos alimentarios.
El equipo ganador estuvo conformado por las estudiantes Ana Ligia Vargas, Stephanie Araya, Tatiana Fuentes y Mariana Wilson de la Escuela de Tecnología de Alimentos.
El logro se debe a la creación de un innovador producto en polvo, al cual denominaron Güiní, que utiliza los residuos del proceso de producción del aceite de maní con el cual se puede elaborar pinolillo, atol, galletas y “güirilas”.
Las “güirilas” son unas tortillas dulces típicas nicaragüenses, muy similares a las chorreadas costarricenses.
El equipo ganador estuvo conformado por las estudiantes Ana Ligia Vargas, Stephanie Araya, Tatiana Fuentes y Mariana Wilson, acompañadas de la profesora de la Escuela de Tecnología de Alimentos, e investigadora del Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA-UCR), Dra. Jessie Usaga Barrientos.
La competencia internacional se denomina “Desarrollando soluciones para países en vías de desarrollo”, y es un concurso organizado anualmente por la Asociación de Estudiantes del Instituto de Tecnólogos de Alimentos de los Estados Unidos de América (IFTSA, por sus siglas en inglés).
El nombre de Güiní, deriva del maní y las güirilas. Las estudiantes de la UCR idearon una premezcla en polvo que incluye maíz amarillo, harina de ayote y residuos sólidos de la producción de aceite de maní, que son las cascarillas rojas y la torta. Estos residuos se obtienen como resultado de la extracción del aceite al maní.
El producto desarrollado es altamente versátil, pues permite preparar al menos cuatro productos diferentes y posee varias virtudes nutricionales, como lo son un alto contenido de proteína, calcio, hierro, vitamina A, antioxidantes y fibra.
Las jóvenes investigadoras de la UCR eligieron a Nicaragua como país al que iría dirigido el nuevo producto, esto por cuanto dado esta es la nación centroamericana con mayor nivel de desnutrición (16,6%).
Por otro lado, Nicaragua produce 190 toneladas de cascarilla roja y torta, como subproducto de maní, el cual se destina a alimentar ganado o, en algunos casos, se desecha ocasionando un fuerte impacto ambiental.
Adicionalmente, Nicaragua tiene una producción importante de maíz y ayote, que son parte de los ingredientes del Güiní.
El jurado calificador tomó también en consideración que el nuevo producto tenga un impacto positivo en la gente, por lo que debe ser viable de producir y accesible en costo a la población más necesitada.
La Dra. Usaga destacó que las jóvenes costarricenses superaron a competidores(as) de varios países, ya que de todo el mundo se presentaron 33 propuestas en total.
El segundo y tercer lugar quedó en manos de estudiantes de la Universidad de Agricultura de Bogor, Indonesia. El cuarto, quinto y sexto lugar respectivamente fueron ocupados por equipos de estudiantes de las Universidades California Polytechnic State University-San Luis Obispo (EUA), Wageningen University and Research (Holanda) y la Universidad de Wisconsin-Madison (EEUU).
Para elaborar sus productos las estudiantes de la UCR debieron desarrollar un largo proceso de investigación y pruebas de laboratorio por alrededor de diez meses para conseguir la mejor formulación del producto.
Durante el certamen debieron hacer una presentación oral, un documento escrito y responder a una sesión de preguntas a cargo de seis jueces expertos. La Dra. Usaga, recalcó que este es el tercer año consecutivo en que, cómo único representante de América Latina, la Universidad de Costa Rica es seleccionada finalista y ocupa uno de los tres primeros lugares del Concurso.
En el 2015, dos equipos de estudiantes de la Escuela de Tecnología de Alimentos de la UCR ganaron el primer y segundo lugar en la categoría internacional, superando 59 propuestas de todo el mundo.
Ese año el primer lugar se le otorgó a una súper galleta con sabor a chocolate denominada Cricketa, elaborada con harina del grillo (Acheta similis) y puré de camote.
El segundo lugar lo obtuvo el equipo creó una premezcla seca nutritiva a base de harina de plátano y larvas de un insecto denominado Tenebrio molitor, su producto se conoció como “Molibannann”.
En el 2016 el equipo costarricense, integrado por estudiantes de la UCR, resultó acreedor del segundo lugar global. Los estudiantes crearon un producto que llamaron “Hamilk”, una bebida láctea con frutas diseñada para solventar algunas de las principales deficiencias nutricionales de las mujeres embarazadas en Sudán.
Todas estas investigaciones se llevaron a cabo en la planta piloto del CITA en la UCR, la cual cuenta con todos los equipos y facilidades para elaborar alimentos bajo alto estándares de calidad e inocuidad.
Las jóvenes costarricenses pusieron en alto, una vez más, el nombre de la Universidad de Costa Rica y del país en esta importante competencia mundial.