La declaración de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone en alerta a la comunidad internacional, por lo que deberá activarse la colaboración internacional para facilitar el acceso a vacunas y antivirales. El escenario para atender este virus emergente es complejo por la pobreza y presencia de otras endemias.
Debido a la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2, muchos sistemas de salud de la región mejoraron su infraestructura para realizar pruebas moleculares para diagnóstico de esta emfermedad. Con la "viruela del mono", sin embargo, se necesitará colaboración internacional, sobre todo para el acceso a vacunas y antivirales.
Declarada “emergencia de preocupación internacional” por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a la propagación por el planeta (23 de julio del 2022), la "viruela del mono" desafía a Latinoamérica a priorizar la asignación de recursos y fortalecer los sistemas de vigilancia para detectar nuevos casos y limitar la transmisión del virus.
Mientras en el mundo, en un mes los casos pasaron de 3.040 en 47 países a más de 16.000 en 75 países, al 21 de julio del 2022, el reporte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), confirmaba 839 casos de la enfermedad en 16 países de Latinoamérica y el Caribe. Brasil es el país que presenta mayor número de casos (592), pero Perú, con 203 casos, registra la mayor proporción de contagios, con 3,74 casos por millón de habitantes.
En la región, además, la "viruela del mono" se desarrolla en convivencia con enfermedades transmisibles como malaria, tuberculosis, Virus de Inmunodefiencia Humana (VIH), chikungunya, dengue, zika y fiebre amarilla, lo que complejiza aún más el escenario, manifestaron recientemente 46 investigadores (as) de instituciones latinoamericanas en un comunicado publicado en The Lancet Regional Health – Americas, que reflexiona sobre los retos de salud que supone el virus.
Aunque debido a la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2, muchos sistemas de salud de la región mejoraron su infraestructura para realizar pruebas moleculares para diagnóstico de virus, “las grandes extensiones de pobreza prevalentes en la región constituyen un contexto que hace que las enfermedades emergentes tengan mayor impacto en América Latina en comparación con otros países de altos ingresos”, dice el texto.
Con la "viruela del mono", “la buena noticia es que tenemos las herramientas”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom, en la conferencia reciente (23 de julio del 2022), en referencia a las vacunas, e hizo hincapié en la solidaridad con países que más las necesitan.
Quienes recibieron la vacuna contra la viruela en su niñez conservan protección contra la "viruela del mono", señaló a SciDev.Net David Forero-Peña, director del Instituto de Investigación Biomédica y Vacunas Terapéuticas del estado Bolívar en Venezuela, uno de los firmantes del comunicado.
Esa inmunización dejó de aplicarse a finales de la década de los setenta cuando la OMS declaró erradicado el virus en el mundo.
Precisamente, Tedros dijo que espera que esta declaración de emergencia ayude a acelerar el desarrollo de vacunas e implementar medidas para limitar la propagación del virus.
Actualmente, MVA-BN (también conocida como Jynneos e Imvanex), es la vacuna contra la "viruela del mono" aprobada en algunos países. EEUU ya liberó 370.000 dosis en sus estados y hay más en camino, y países de Europa solicitaron un millón de dosis a principios de mes, se informó en conferencia.
ACAM2000 es otra vacuna disponible, aunque se le adjudican más efectos secundarios, y una tercera se prepara en Japón, dijo Rosamund Lewis, líder técnica de la OMS para la "viruela del mono".
Si bien aún no se recomienda la vacunación masiva, es importante observar las poblaciones en riesgo, como personas "gay" o bisexuales y trabajadores (as) de salud. Ninguna está disponible en Latinoamérica, advirtieron los (as) expertos (as) de Latinoamérica firmantes del comunicado. Los fármacos con potencial eficacia como cidofovir y tecovirimat, tampoco están ampliamente disponibles en la Región.
El virólogo José Esparza, del Instituto de Virología Humana de la Universidad de Maryland, en Baltimore, Estados Unidos de América, dijo a SciDev.Net que ahora que el número de casos sigue siendo relativamente bajo y concentrado demográficamente, puede haber una oportunidad para cortar la cadena de transmisión.
En ese sentido, en la conferencia de prensa se informó que 98 por ciento de los casos registrados afectan a hombres que tienen sexo con hombres por lo que el director general de la OMS subrayó que contener el brote mientras está circunscripto a una población, reducir el riesgo personal y preparar a los sistemas de salud es clave para evitar una epidemia.
Los países desarrollados en Europa y Norteamérica, que hasta ahora concentran los casos fuera de África, tienen acceso a prevención y tratamientos para controlar el brote. Pero los países en desarrollo, “incluyendo los latinoamericanos, necesitarán colaboración internacional, sobre todo para el acceso a vacunas y antivirales”, señaló Esparza, quien no es firmante del comunicado.
Carissa Damaso, del Instituto de Biofísica Carlos Chagas Filho, de la Universidad Federal de Río de Janeiro, también publicó en The Lancet Regional Health – Americas, un artículo sobre el alto precio que deben pagar los países en desarrollo por brotes de enfermedades desatendidas.
Damaso señala a SciDev.Net que la situación es particularmente difícil, porque los países en desarrollo han sufrido fuertes recortes en sus presupuestos de salud, ciencia y educación, y los fondos son aún más escasos que en años anteriores por la pandemia del COVID-19.
“Una vez más vemos que los brotes desatendidos en África llevan a otros continentes a tener que prepararse para un nuevo brote. Lo mismo sucedió entre 2014 y 2016 con el ébola en África Occidental”, indica.
A los retos de prevención del virus se suman los peligros de la desinformación, un problema que no debe ser olvidado en este nuevo brote, indica Forero-Peña.
“La infodemia, esa difusión de noticias falsas, sin fundamento científico, negacionistas, conspiracionistas, genera confusión en todas las sociedades. Hace falta mayor articulación de las sociedades científicas y los gobiernos para afrontar este problema”, subraya.
La viruela del mono no es nueva, se transmite de animales a humanos y tradicionalmente circuló en África central y occidental. La transmisión ocurre por contacto con una persona infectada. Pese a su nombre, uno de sus reservorios principales son los roedores.
Se caracteriza por producir pústulas en la piel que pueden ser dolorosas y que afectan el rostro, manos y pies, así como las mucosas orales, los genitales y las conjuntivas. Va precedido por fiebre, dolores musculares y de cabeza e inflamación de los ganglios.
Asimismo, en términos de comunicación sobre la enfermedad, en la conferencia de la OMS, los expertos (as) presentes destacaron reiteradamente que debido a que por ahora afecta hombres que tienen sexo con hombres, es primordial evitar el estigma y la discriminación.
“El estigma y la discriminación pueden ser tan peligrosos como cualquier virus”, dijo Tedros.
“Este es un brote que se puede detener con estrategias correctas en los grupos correctos. Por lo tanto, es esencial que todos los países trabajen en estrecha colaboración con las comunidades de hombres que tienen sexo con hombres, para diseñar y brindar información y servicios efectivos, y para adoptar medidas que protejan la salud, los derechos humanos y la dignidad de las comunidades afectadas”.
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Referencias:
Enlaces a los comentarios en The Lancet Regional Health – Americas:
https://www.thelancet.com/journals/lanam/article/PIIS2667-193X(22)00135-1/fulltext
https://www.thelancet.com/journals/lanam/article/PIIS2667-193X(22)00132-6/fulltext
Actualización de la OPS:
https://www.paho.org/en/monkeypox-situation-reports
https://shiny.pahobra.org/monkeypox/
Datos adicionales:
Contrariamente a lo que su nombre indica, uno de los reservorios de la viruela del mono son los roedores, como los perros de la pradera, responsables del primer brote de la enfermedad en EE. UU. en 2003.