La razón es que la comunicación se centra en una pantalla, lo que reduce el enfoque cognitivo y la generación de ideas.
En cambio, otros trabajos colaborativos no se ven afectados, e incluso parece que salen beneficiados por las condiciones virtuales.
Durante la pandemia del COVID-19 millones de personas han tenido que trabajar desde casa de forma indefinida y acostumbrarse a colaborar virtualmente mediante tecnologías de videoconferencia.
Una vez que termine la crisis sanitaria, se...