En el 2013 Costa Rica ocupó la posición 86 en producción científica a nivel mundial y es líder en América Central, según los principales índices internacionales; sin embargo, esto no se refleja en los contenidos de los medios de comunicación nacionales.
El desarrollo científico de Costa Rica se ve reflejado en la posición que ocupan algunas instituciones académicas en “rankings” internacionales, como el Ranking Web de Universidades del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), que en 2011 situaba a la Universidad de Costa Rica (UCR) en la posición número 15 en América Latina y entre las mejores 500 universidades del mundo.
La Licda. Grettel Rivera Alvarado es la autora de la tesis “Caracterización sobre el discurso de la ciencia y la tecnología presente en la sección Aldea Global del periódico La Nación a partir de la teoría del encuadre”, presentada en octubre del 2014.
De acuerdo con el informe “Indicadores Nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones, 2012”, que es el estudio más actualizado, en ese momento el país contaba con 3414 investigadores (as) en los sectores público, académico y Organismos sin Fines de Lucro (OSFL).
En el 2012 el 76,9% de los investigadores (as) provenían del sector académico, el 20,6 del sector público y 2.5% de organizaciones sin fines de lucro. El Informe no incluye la información del sector privado.
Durante ese año la inversión total en actividades científicas y tecnológicas fue de $890.8 millones de dólares. El mayor aporte provino del sector académico, que invirtió $605.1 millones de dólares.
Sin embargo, en un estudio publicado en el 2010 por el Instituto de Investigaciones Sociales en Población (IDESPO) de la Universidad Nacional, al preguntarle a los encuestados (as) si conocían alguna iniciativa relacionada con investigación en ciencia y tecnología, el 90% de las personas contestó que no, y el 10% que sí, es decir que la gran mayoría de costarricenses desconocía lo que se hacía en el país en este campo.
Estos datos coinciden en buena medida con los de la encuesta “Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en Costa Rica”, elaborada en el 2012 por la Red de Comunicación de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (RedCyTEc) con el apoyo del IDESPO.
A los entrevistados se les consultó en relación con los temas de ciencia y tecnología sobre los que estaban más informados; el 29.3% manifestaron que no sabían de ningún tema. Con porcentajes menores aparecieron computación, celulares y medicina-salud.
También se les consultó si conocían instituciones que realizaran investigación científica en el país: El 19.8% no respondió y el 13.0% no conocía ninguna.
En lo que se refiere específicamente a periódicos, en ese momento los tres medios más leídos eran La Nación, Diario Extra y La Teja. Los temas más leídos eran sucesos, deportes y noticias; solo un 0.3% dijo leer temas de ciencia y tecnología, porcentaje muy similar a los obituarios.
Este aspecto puede estar relacionado en alguna media con el interés de los lectores (as), pero más con la escasa disponibilidad de contenidos científicos en los medios de comunicación nacionales. De hecho el periódico La Nación, en su versión impresa, es el único medio nacional que cuenta con una sección de información tecno-científica.
En octubre del año pasado se presentó en la UCR la tesis “Caracterización sobre el discurso de la ciencia y la tecnología presente en la sección Aldea Global del periódico La Nación a partir de la teoría del encuadre”, de Grettel Rivera Alvarado, para optar al grado de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo.
La investigación analizó el discurso mediático que se desprende de las informaciones periodísticas sobre ciencia y tecnología de la sección Aldea Global para conocer la imagen que se comunica a la ciudadanía sobre este tema.
Partiendo del modelo teórico del Encuadre (framing) y a través de técnica de análisis de contenido, la investigadora analizó las noticias diarias, reportajes, entrevistas y artículos o columnas durante seis meses.
El encuadre informativo más utilizado por los periodistas fue el de “Ciencia y tecnología de investigación y descubrimientos”, que resalta la ciencia como un quehacer de descubrimientos y avances constantes que se desarrollan en contextos urbanos y de “primer mundo”.
La principal fuente de información de los periodistas fueron las agencias de noticias y estudios publicados en revistas científicas como Science y Nature, así como estudios e investigaciones realizadas por universidades, centros de investigación, institutos, empresas y hospitales, entre otros.
En el ámbito local, dos comunicadores de la sección Aldea Global entrevistados para la tesis manifestaron que una de las principales fuentes de información era el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT); esto pesar de que esta institución no realiza investigación científica.
La investigadora menciona otras instituciones científicas nacionales, incluyendo a las universidades públicas, que sí realizan investigaciones científicas y que hacen esfuerzos importantes por comunicar la ciencia y la tecnología desde distintos ámbitos y actores, y dan espacio a diversas ramas del conocimiento científico.
Del análisis realizado a los artículos publicados en la sección Aldea Global se desprende que más de la mitad de los contenidos muestran un predominio de la ciencia y la tecnología desarrollada en el extranjero, principalmente en países industrializados como Estados Unidos de América, Alemania, Suecia, Suiza, Rusia y algunos países suramericanos.
En segundo lugar aparece la ciencia a nivel nacional, sin embargo, se refleja el quehacer científico y tecnológico de una perspectiva valle-centralista, pues aborda hechos y situaciones que se ubican en la Gran Área Metropolitana (GAM).
“Se puede decir que (en) la oferta informativa sobre ciencia y tecnología de Aldea Global tiene mayor importancia transmitir la ciencia y tecnología desarrollada a nivel internacional, dejando muy poco espacio para comunicar el quehacer científico y tecnológico que se da a nivel nacional”, afirma la autora.
“Este discurso periodístico-afirma la investigadora-, refuerza el imaginario social de que la ciencia se desarrolla en países con grandes recursos económicos. Asimismo, el uso constante de materia (sic) de agencias de prensa internacionales ocasiona que no se utilicen historias propias en el medio de comunicación”, manifiesta la Licda. Rivera.
“Contrario a lo indicado por la periodista Monserrath Vargas (de Aldea Global), quien asegura que en la sección se le da seguimiento al quehacer científico de las universidades públicas, son pocas las informaciones que incluyen investigaciones científicas y tecnológicas nacionales”, añade la investigadora.
De hecho, el estudio revela que las informaciones periodísticas que se publican en Aldea Global abarcan un limitado espectro temático, únicamente ciencias de la salud, ciencias naturales, tecnología y de vez en cuando las ciencias sociales.
“Las ciencias de la salud comunicadas en términos de bienestar físico y emocional y estilos de vida, en conjunto con la tecnología, son sin duda el plato fuerte de Aldea Global. La mayor cantidad de informaciones analizadas tienen que ver con dichos temas y su importancia para la población”, agrega la autora.
Precisamente sobre este tema el “Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (ECTI) publicado por el Programa Estado de la Nación recién el año pasado, señala diez áreas estratégicas en las que el país realiza investigaciones, la mayoría de estas no son parte de la agenda temática de la sección Aldea Global ni de otros medios de comunicación.
En ese mismo sentido, la Subcomisión de Comunicación de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (SCCTI), adscrita al Consejo Nacional de Rectores (CONARE) y el IDESPO recientemente realizaron un “Inventario sobre actividades de comunicación de la ciencia, la tecnología y la innovación” que abarcó a veinte instituciones científicas nacionales que realizan investigación y divulgación de la ciencia en el país.
Los datos muestran que estas instituciones dan conocer su quehacer científico al público y medios de comunicación en más de treinta áreas o ámbitos temáticos por medio de comunicados de prensa, fotografías, páginas de internet, foros y conferencias, materiales impresos, boletines electrónicos, videos, revistas, periódicos, anuncios, programas de radio y otros medios.
La autora atribuye los encuadres, formatos, fuentes utilizadas y la agenda temática de la sección Aldea Global a un interés comercial que no toma en cuenta las necesidades de la ciudadanía.
“Existe un fuerte enfoque en la ciencia y la tecnología relacionada con ciertos estilos de vida: una ciencia de clases privilegiadas con acceso a TIC’s y con poder adquisitivo suficiente para acceder a un estilo de vida saludable”, detalla la Licda. Rivera
Según la investigadora, esto se asocia a la tendencia actual que fomenta formas de vida que incluyen la búsqueda del bienestar físico (acceso a gimnasios, tiempo para hacer ejercicio, consultar con nutricionistas, entre otros), garantía de una salud plena, la conservación de la juventud y el uso de tecnología móvil y redes sociales.
“Lo anterior evidencia que la forma reduccionista que habitualmente utilizan los medios de comunicación masiva para abordar la realidad, se traslada al periodismo científico, el cual se convierte en una forma de promocionar productos con el fin de atraer compradores (lectores) en lugar de ser una oferta informativa variada y crítica”, agrega la investigadora.