El premio es un reconocimiento a los valiosos aportes del Dr. Gutiérrez en el campo de toxinología. Por un lado, reconoce la exahustiva investigación del científico costarricense en este campo. Por otro, valora los esfuerzos del investigador de la UCR por disminuir el impacto del envenenamiento ofídico en diversas regiones del mundo.

En el pergamino que se le otrogó junto con el premio se menciona que "el Profesor Gutiérrez ha contribuido enormemente a nuestra comprensión de cómo los venenos de serpiente causan daño tisular local, y ha caracterizado muchas de las toxinas responsables de estos efectos, en particular las fosfolipasas A2 miotóxicas y las metaloproteinasas hemorrágicas. El ha vinculado este trabajo con el desarrollo de nuevos procedimientos para probar la eficacia de los antivenenos de las serpientes venenosas más peligrosas alrededor del mundo. El Profesor Gutiérrez ha producido más de 400 publicaciones".

Merecida distinción

El premio representa el más elevado galardón que concede Sociedad Internacional de Toxinología (IST, por sus siglas en inglés). Se entrega a un destacado científico cada tres años durante la celebración del Congreso Mundial de la Sociedad.

Este año el Congreso se celebró en el Teatro Sheldonian, en la ciudad de Oxford, Inglaterra, donde le correspondió al científico costarricense recibir el premio el 25 de setiembre del 2015 frente a un público de más de 300 científicos provenientes de todo el mundo. Al aceptar el galardón impartió una conferencia en la cual recalcó que esa distinción representa un reconocimiento a la labor colectiva de todas las personas que trabajan y han trabajado en el Instituto Clodomiro Picado y un reconocimiento a la Universidad de Costa Rica.

En su discurso mencionó que su trabajo y el trabajo del ICP se basan en una visión filosófica que tiene cuatro pilares fundamentales. El primero es "enfrentar el problema de los envenenamientos por mordeduras de serpiente mediante un enfoque integral, holístico, que incluye investigación científico-tecnológica, desarrollo, producción y distribución de sueros antiofídicos, fortalecimiento del recurso humano mediante docencia de grado y posgrado, y divulgación del conocimiento generado hacia amplios sectores de la sociedad con miras a mejorar la prevención y el manejo de estos envenenamientos".

Como segundo pilar destacó la "búsqueda permanente de la excelencia y la superación, de esmerarnos en hacer mejor nuestro trabajo cada día. Abandonar las zonas de confort y buscar nuevas metas y propósitos, nuevos retos".

En tercer lugar se refirió a "la visión de que el trabajo académico y de producción se debe fundamentar en un esfuerzo de grupo, en un empeño colectivo donde el trabajo de cada persona, en el contexto de un proyecto mancomunado, es clave para el cumplimiento de las metas, y donde la interacción positiva, basada en la cooperación, es fundamental. Este elemento se extiende a las colaboraciones internacionales, ya que el ICP ha construido buen aparte de su aporte académico y social gracias a proyectos cooperativos con muchos grupos en todos los continentes. La ciencia y la tecnología, cuando se trabajan desde esta perspectiva colectiva y de cooperación, tiene una enorme proyección".

Finalmente, como cuarto pilar de esta visión filosófica, mencionó "la solidaridad y la responsabilidad social como elemento esencial de nuestro trabajo. O sea, la visión de que el esfuerzo científico, tecnológico y de producción de sueros tiene, como uno de sus corolarios más importantes, el propósito de salvar vidas de personas que sufren estos envenenamientos, personas que con frecuencia son de los sectores más vulnerables de las sociedades. En el ICP nunca hemos perdido de vista este precepto fundamental. Y lo hemos aplicado no solo a nuestra región centroamericana, sino también a Sudamérica, Africa, Asia y Oceanía. Saber, por ejemplo, que nuestros sueros salvan la vida de seres humanos en remotas localidades de nuestro continente, del Africa sub-sahariana y de Papua Nueva Guinea es algo que nos llena de satisfacción  y que inspira nuestro trabajo".

Concluyó su conferencia diciendo que "esta filosofía que guía el trabajo del ICP se enmarca en la filosofía de la UCR. Trabajar en esta institución es un enorme orgullo para mí, un privilegio, por lo que representa la UCR para el país y la región. De manera que interpreto este premio como un reconocimiento a mi trabajo, pero sobretodo como un reconocimiento al Instituto Clodomiro Picado y a la UCR. Lo que se ha premiado es, precisamente, la vocación académica y de compromiso social de nuestra universidad. Lo que yo haya podido realizar en mi carrera profesional se debe, en una enorme medida, al hecho de que esta carrera la he desarrollado en el ICP y en la UCR.

Al ser entrevistado por el Portal de la Investigación con motivo del premio, investigador quiso agradecer enormemente las muestras de aprecio y cariño que ha recibido de muchas personas. Aprovechó la ocasión para "expresar lo importante que ha sido mi familia en mi vida y en mi carrera profesional: mi esposa, mis hijos, mis hermanos y hermana, y mis padres, quienes partieron hace tiempo, pero cuyo legado me acompaña todos los días".

El premio se denomina "Redi Award", en memoria del científico italiano del siglo XVII, Francesco Redi, uno de los primeros investigadores en el campo de las mordeduras de serpiente y los efectos de su veneno.