Aparatos que combinan LASER (Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation), ultrasonido y presión negativa ayudan a regenerar tejidos y a tratar lesiones musculares, articulares, neurológicas, dermatológicas y pulmonares.
Los científicos mencionan numerosas secuelas del COVID-19 como alteración del gusto y del olfato, fatiga muscular, alteraciones circulatorias e inflamatorias, zumbido en los oídos, adormecimiento facial, aparte de lesiones en la piel en pacientes que pasan largos períodos en cama.
Las terapias a base de luz, como la de fotobiomodulación y la fotodinámica, aliadas a técnicas tales como el LASER (Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation) y la presión negativa, están arrojando buenos resultados en la rehabilitación de pacientes con secuelas del COVID-19, incluidos aquellos (as) que padecieron lesiones musculares, articulares, neurológicas, dermatológicas y pulmonares. Estos datos prometedores se dieron a conocer en un artículo publicado en la revista Laser Physics Letters.
Los estudios se llevan a cabo en Brasil y están a cargo de grupos del Centro de Investigación en Óptica y Fotónica (CEPOF) y del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología (INCT) de Óptica Básica y Aplicada a las Ciencias de la Vida, ambos coordinados por Vanderlei Bagnato, docente del Instituto de Física de São Carlos de la Universidad de São Paulo (IFSC-USP).
Los (as) investigadores (as) han apuntado a diseñar directrices con la mira puesta en el desarrollo de la infraestructura necesaria para el tratamiento de las secuelas del COVID-19, como así también para elaborar nuevos protocolos de atención adecuados a equipos multidisciplinarios.
En el estudio publicado en Laser Physics Letters en particular, se dan a conocer protocolos para el tratamiento de pacientes que permanecieron en cama durante largos períodos, tuvieron que ser intubados (as) o tuvieron infecciones secundarias en el tracto respiratorio (neumonía bacteriana, por ejemplo), factores que elevan el riesgo de mortalidad.
“El pos-COVID-19 tiene efectos sobre diversas partes del cuerpo. Hay secuelas sensoriales, alteración del gusto y del olfato, musculares o fatiga, circulatorias e inflamatorias, fundamentalmente en el sistema respiratorio.
Existen también otras secuelas comunes a varias infecciones, tales como el zumbido en los oídos y la parestesia o adormecimiento facial, aparte de lesiones en la piel en pacientes que pasan en cama largos períodos. Nuestro objetivo consiste en aportar con técnicas que mejoren todo ese cuadro”, destaca Bagnato.
Entre los (as) autores (as) del artículo también están los profesores (as) del IFSC-USP Cristina Kurachi y Sebastião Pratavieira, además de los (as) posdoctorandos (as) Lucas Danilo Dias y Kate Cristina Blanco. En total son más de veinte profesionales de diversas áreas de la salud y de distintos lugares del estado de São Paulo quienes participan en las investigaciones encabezadas por el CEPOF.
De acuerdo con el coordinador del CEPOF –un Centro de Investigación, Innovación y Difusión (CEPID) de la FAPESP con sede en el IFSC-USP–, entre los beneficios que vienen observándose con la combinación de terapias a base de luz y técnicas híbridas de regeneración despunta la mejoría en los síntomas auditivos, que vienen acometiendo a muchos (as) pacientes curados del COVID-19.
“Se trata de una conjunción de tecnologías. Se emplean unos seis aparatos para rehabilitar a los (as) pacientes, entre ellos uno que creamos para tratar el zumbido en los oídos, un problema que ha venido aumentando mucho luego de la pandemia. Este protocolo aún se encuentra en investigación”, comenta Bagnato.
De acuerdo con el investigador, otro avance relevante es la creación de una bota para recuperar el sistema circulatorio, en la cual se emplea la tecnología LASER. “Estos aparatos, entre ellos la bota, combinados con la fotobioestimulación, están dando excelentes resultados, incluso para quienes no han tenido COVID-19, pero que sienten dolores al practicar deportes.
Son productos nuevos, desarrollados en colaboración con empresas. Este es un gran mérito de la investigación: la creación de nuevos equipos y protocolos que atienden a muchas personas y relacionados con distintas enfermedades”, remarca.
Algunos productos ya han sido aprobados por Anvisa, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (el organismo federal responsable de la regulación de medicamentos y protocolos médicos en Brasil), y se encuentran en fase de comercialización. Otros aún están en estudio, pero exhiben buenos resultados, como los que se mencionan en el artículo referido. “El aparato que combina ultrasonido y LASER constituye una novedad mundial, y estamos intentando llegar a Europa y Estados Unidos de América”, destaca el profesor de la USP.
“Nuestro equipo ha venido trabajando desde hace bastante tiempo con técnicas híbridas de regeneración para enfermedades crónicas y heridas que no se recuperan, por ejemplo. Todas las metodologías comprenden laserterapia combinada con presión negativa (un aparato que aplica succión) y ultrasonido”, le comenta Bagnato a Agência FAPESP.
En la fotobiomodulación, la luz se aplica con el objetivo de estimular el metabolismo, lo cual contribuye para la proliferación de células y la cicatrización de las heridas. Otro beneficio importante es el alivio del dolor.
La longitud de onda, el tipo de la fuente de luz, la estructura del pulso y el tiempo de uso del LASER constituyen factores relevantes en este proceso. El artículo muestra de qué manera el uso de la luz infrarroja cercana (entre 810 y 1064 nanómetros) puede activar canales iónicos sensibles a la luz presentes en las células, incrementando los procesos bioquímicos que aceleran la proliferación y la migración celular, entre otros mecanismos.
En tanto, la terapia fotodinámica comprende moléculas fotosensibilizantes y una fuente de luz con una longitud de onda adecuada, cuyo resultado es la producción de especies reactivas de oxígeno –entre ellas ion superóxido, peróxido de hidrógeno, radical hidroxilo y oxígeno singlete−, con capacidad para inactivar microorganismos patogénicos.
Con la llegada de la pandemia de COVID-19, se adaptaron estas metodologías. Grupos de investigación en odontología, fisioterapia y biomedicina que ya colaboraban con la USP de São Carlos, bajo la coordinación del CEPOF, procuraron desarrollar nuevas tecnologías y protocolos para la recuperación de los (as) pacientes que estaban internados (as) en Unidades de Terapia Intensiva (UTI) o a quienes se les daba el alta y padecían innumerables secuelas.
Tal como explica Bagnato, las técnicas que el grupo desarrolló pueden ayudar a suprimir la reacción inflamatoria en los pulmones, órganos que se ubican entre los más comprometidos en el pos-COVID-19. Este método no invasivo ha demostrado eficacia para mejorar, tanto los intercambios gaseosos, como para aliviar dolores y contracturas musculares en la región torácica.
“El poder antiinflamatorio de la radiación infrarroja ha ayudado mucho en estas aplicaciones. Pero además estamos desarrollando las acciones fotodinámicas destinadas al tratamiento de las neumonías, fundamentalmente las resistentes a los antibióticos. Desarrollamos una técnica que permite inhalar moléculas y tratar con iluminación extracorpórea la infección, eliminando así las colonias bacterianas”, comenta el investigador.
Aparte del centro biofotónico de rehabilitación creado para pacientes pos-COVID-1 en São Carlos, en funcionamiento desde 2021, se están montando otros 20 centros aproximadamente en otros municipios de Brasil, en el marco de un consorcio. Los protocolos elaborados hasta ahora se publicaron en el "e-book2 intitulado Fotobiomodulação e terapias combinadas: protocolos de tratamento para as sequelas da COVID-19, y la empresa MMO, socia en el proyecto, los está difundiendo en forma gratuita.
En São Carlos, el grupo sigue recabando datos sobre fototerapia entre los (as) pacientes atendidos (as) en el centro biofotónico de rehabilitación, y observa también los despliegues de esas terapias en enfermedades tales como el párkinson, el cáncer y la fibromialgia, aparte de otras que ya venían estudiándose.
“Aún no tenemos idea de cuánto tiempo perdurarán las secuelas del COVID-19. Ahora sabremos que las enfrentarán millones de personas. Y estamos observando, intentando verificar de qué manera podremos colaborar para tratar las complicaciones a mediano y largo plazo. Y todo esto en colaboración con la gente del área de la salud.
Todas las UPA (sigla que designa a las unidades de atención de urgencias en la red pública de salud de Brasil) y los centros de atención ambulatoria derivan a las personas y nosotros las tratamos. Hemos empezado a publicar algunos artículos, pero la investigación sigue adelante.”
Algunos productos ya han sido aprobados por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, responsable de la regulación de medicamentos y protocolos médicos en Brasil y se encuentran en fase de comercialización.